Tradición venezolana para el mundo: el plátano y otras bondades de la comida criolla.

No es para nada difícil darse cuenta de que el plátano es uno de los alimentos más representativos de la gastronomía venezolana. Esto no es tan solo porque se encuentra presente en una amplia cantidad de platos criollos, sino por su gran versatilidad y adaptación a ellos.

En cada una de sus presentaciones es un verdadero placer comer plátano, bien sea en tajadas, tostones y en particular la torta de plátano. ¿Es acaso posible que el plátano llegue a ser aceptado a nivel mundial en alguna de sus presentaciones? En mi caso la respuesta es positiva, pues se puede jugar mucho con los sabores y técnicas de preparación de dicho ingrediente. Además de que se podría elaborar platos exquisitos con técnicas de un venezolano, que involucren el plátano, entre otros ingredientes propios de distintos países, logrando una fusión de placeres internacionales. Por ejemplo, ¿es posible una torta de plátano con queso crema? ¿A que nos sabría? A Venezuela pero con un toque del exterior.

Sería interesante ver como las diferentes culturas reaccionan ante nuestra gastronomía, ya que ésta es muy poco reconocida a nivel mundial. Y para cada venezolano seria un orgullo viajar a otros países y poder decir: “vamos a comer una reina pepiada” o “una empanada de cazón” o algo tan fascinante como un pabellón criollo, con sus suculentas tajadas o la misma tortita de plátano, que bien sabrosa que es.

Existen varias maneras de lograr este objetivo que tanto nos enorgullecería. Una de las opciones más viables es continuar el esfuerzo de cultivar buenos cocineros, y a estos alentarlos a conocer nuestra gastronomía antes que las otras, de tal manera que al convertirse en chef, sean enviados al exterior apliquen nuestras técnicas y nuestra cocina, pero con otros ingredientes, y así ir metiéndose por debajo de la mesa hasta que por fin sea reconocida nuestra cocina a nivel internacional.

Otra es la inyección de capital del estado en grandes inversiones en restauración en el interior y el exterior del país, de esta forma nuestros cocineros van a tener un lugar donde llegar y desarrollarse sin tener que contratar gente que piensa saber cómo se hace lo nuestro.
Para esta labor hace falta compromiso, no es un trabajo fácil la que tenemos por delante los cocineros, sino un objetivo en conjunto para que todos salgamos adelante como lo hace el plátano día a día en nuestras cocinas.

Francisco Marciano
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